Mujer
ISABEL CABALLERO PÉREZ, COODINADORA DE LA FUNDACIÓN CERMI MUJERES
“Necesitamos implicación de todo el movimiento de la discapacidad”
27/02/2015
Beatriz Sancho - Imágenes: Jorge Villa
Isabel Caballero es, ante todo, una mujer muy comprometida con el movimiento asociativo y, aunque no tiene discapacidad, tiene muy claro que sólo la mujer que la tenga es la que tiene voz a la hora de reivindicar. Le mueve y le conmueve la diversidad, los movimientos sociales y los críticos, y tiene una faceta internacional muy marcada. Y además de su experticia en Género y Discapacidad, temas donde le sobran tablas, aportará a la Fundación CERMI Mujeres un genuino carácter crítico y alternativo necesario para manejarse en los “diferentes contextos”. La nueva coordinadora de la entidad recala en Madrid con ganas de cambiar muchas cosas y sabiendo que hay que rescatar ese “plus” que es, sin duda, el Género.
Básicamente estructurar un movimiento asociativo en el que las propias mujeres con discapacidad sean las que tengan el papel protagonista. Desde aquí es más fácil llegar a esas instancias que tienen el poder para tomar decisiones en temas de los que no se tienen datos. Es muy difícil, por ejemplo, saber cuál es la situación de las mujeres con discapacidad en relación con la violencia, con temas de incapacitaciones judiciales, esterilizaciones, etc. porque los datos no están desagregados, porque no hay facilidad para acceder a la información… Los observatorios de la violencia de género todavía no tienen indicadores que hablen con profundidad sobre la situación de las mujeres con discapacidad. Es por ello que tenemos que dar visibilidad a esta realidad en los foros. Además, nos servirá a nosotros para tener información, saber cuál es la situación y poder proponer medidas apropiadas.
Lo fundamental es dotar de voz a las propias mujeres con discapacidad e impulsar a las organizaciones con discapacidad, contar con ellas y consolidar la red de las propias mujeres porque es la base que tenemos que tener.
“Lo fundamental es dotar de voz a las propias mujeres con discapacidad e impulsar a las organizaciones con discapacidad”
Sabemos que uno de los temas cruciales a tratar en la Fundación es el de la violencia de género. ¿Cómo de importante será el de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas con discapacidad?
El propio movimiento de mujeres, el feminista, se articula en torno al cuerpo de las mujeres donde han existido muchas intervenciones por parte de agentes externos sobre cómo vivimos nuestro cuerpo, cómo nos representamos, etc. En el caso de las mujeres con discapacidad ocurre lo mismo. El cómo viven su sexualidad, está rodeado de muchos mitos, de estereotipos. Se trata de sexualidades que no se quieren ver porque se consideran desviadas, anómalas… Existe una sexualidad muy ligada a la reproducción y que es una visión muy tradicional donde se tiene sexo para tener hijos. Hay una idea de la biopolítica: cuáles modelos son reproducibles y cuáles no.
La mujer con discapacidad hace una profunda crítica a este posicionamiento. Son mujeres sexuadas, no son niñas. Incluso las niñas tienen sexualidad. Tenemos que reivindicar esa dimensión humana relacional, de ocio, de pasárselo bien y también la reproductora. Una reivindicación conectada a esto es la de poder decidir tener hijos o no. Es una opción totalmente libre que ni siquiera las mujeres sin discapacidad tienen porque se te mira con sospecha si no tienes hijos. Es un gran plus que ponen las mujeres con discapacidad a ese tipo de debates.
“Tenemos que reivindicar esa dimensión humana relacional, de ocio, de pasárselo bien y también reproductora del sexo de las mujeres con discapacidad”
¿Cómo llega Isabel Caballero Pérez, con sus aptitudes y su carrera laboral y vital, a encajar con precisión en el cargo de coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres?
Vengo de trabajar con personas con discapacidad física y orgánica. Empecé a trabajar en
CANF-Cocemfe Andalucía en 1999 en temas laborales y luego en proyectos europeos. Coincidió que en el año 2000 se creó en la organización una instancia especializada en igualdad de género dentro de la discapacidad física y orgánica. Mi trayectoria laboral ha estado ligada a la organización hasta que se ha disuelto hace más o menos un año.
Además de la discapacidad física y orgánica, ¿has tocado el tema de la igualdad de género relacionado con otras discapacidades?
Sí, en Sevilla trabajábamos directamente con el CERMI Andalucía y allí se creó una ‘Comisión de la mujer’. La presidenta de
CERMI Andalucía lo era también de CANF-Cocemfe Andalucía y como estaba especialmente interesada en la igualdad de género coordinábamos las actividades de ambas entidades. Allí fui la coordinadora del departamento de la Mujer. He estado ligada al tema de la discapacidad desde la facultad como voluntaria. Tenía relación con personas que trabajaban dentro de las organizaciones.
¿Hablar de género implica hablar necesariamente de mujeres?
No. El género afecta tanto a hombres como a mujeres. Existe el instituto de la Mujer, departamentos de la Mujer… y estratégicamente es importante porque en el movimiento de mujeres ha partido de las mujeres que se han sentido discriminadas. En este caso, el grupo privilegiado es el de varones porque no han tenido que moverse para enfrentar obstáculos ni exclusión, las mujeres sí. Pero, el trabajo que se está trabajando por los derechos fundamentales de las mujeres revierte en la situación de los hombres. No es una cuestión de mujeres ni mucho menos. Aquí también hay hombres con discapacidad que han tenido que replantearse los modelos tan tradicionales que se manejan de masculinidad. Incluso replantearse si encajan en ese modelo tradicional y modelo de macho que se nos vende.
“El trabajo que se está trabajando por los derechos fundamentales de las mujeres revierte en la situación de los hombres”
Por ello, el enfoque que utilizamos en la fundación es el de la interseccionalidad. No estamos hablando de dobles o triples discriminaciones. Imagina que una mujer está discriminada doblemente por género y discapacidad. La doble discriminación en contraposición con la discriminación interseccional implica coger todas las discriminaciones del movimiento asociativo de la discapacidad y sumarle las del movimiento de mujeres, así tendríamos la solución que sería una sumatoria. Es decir, yo estoy discriminada porque soy una mujer y, por otro lado, por tener una discapacidad y comparto con los hombres con discapacidad esa situación y con el resto de las mujeres la otra. Pero hay una parte de esa sumatoria que sólo afecta a las mujeres con discapacidad y que se produce en esa interconexión entre el género y la discapacidad.
¿Un ejemplo clarificador?
Un hombre con discapacidad se siente discriminado a la hora de votar porque el colegio electoral que le ha tocado no es accesible y tienen que sacar la urna de la votación cada año. Esa discriminación afecta tanto a hombres como a mujeres, y las mujeres con discapacidad lo van a reivindicar. Pero hay un problema de violencia de género que afecta básicamente a las mujeres y ahí sí podemos incluir a las mujeres con discapacidad.
Sin embargo, hay otro tipo de discriminaciones como cuando una mujer con discapacidad decide ser madre y es criticada por la sociedad porque creen que no tiene la capacidad para sacar adelante un niño o una niña. Es decir, se cree que las mujeres con discapacidad, por su discapacidad, no encajan con el modelo maternal que se ha construido. Esa discriminación a las mujeres sin discapacidad no existe, es más se las criminaliza si no son madres y hay sospechas de que si no quiere tener hijos sea una egoísta. Sólo las mujeres con discapacidad ven cuestionadas su decisión de ser madres. Los hombres no. De hecho, a los hombres con discapacidad se les fomenta más trabajar, ser independiente, tener una familia. Sin embargo, la mujer con discapacidad sufre muchos cuestionamientos en torno a su sexualidad.
En la agenda de 'cermi.es semanal' tenemos colgada la invitación al acto de presentación de la Fundación CERMI Mujeres. ¿Será el viernes 13 de marzo?
Sí. Se va a presentar un manifiesto con las reivindicaciones y se hará una exposición de las líneas básicas de trabajo. Entre ellas está la de lanzar una macroencuenta de violencia de género en mujeres con discapacidad porque los datos son bastante escasos y queremos que los tengan el Gobierno y a la Administración Pública. La tarea la tiene encomendada el Observatorio Estatal. Pero va a utilizar como organización especializada a la fundación. Lo vamos a ejecutar nosotras directamente. También hay que realizar una investigación sobre la situación de exclusión de las mujeres y niñas con discapacidad.
¿Qué otros planes inmediatos, y no tanto, existen en la Fundación CERMI Mujeres para lograr la igualdad plena y efectiva de las mujeres y niñas con discapacidad?
Vamos a lanzar un boletín mensual que casi con toda seguridad se llamará ‘Generosidad’ para que exista una publicación especializada en temas de género y discapacidad. Se publicará una entrevista mensual y también incluiremos información sobre el resto del movimiento feminista porque nos interesa tener alianzas con el movimiento de mujeres. Pero también se tendrán en cuenta a muchas mujeres que, por decirlo de alguna manera, se quedan en la ‘periferia’ como las mujeres de etnia gitana, inmigrantes y que también viven situaciones de exclusión. Serán noticias que recojan la labor de otras mujeres que no son el modelo medio de lo que se considera una mujer.
Por supuesto, también queremos ver qué están haciendo las organizaciones de mujeres con discapacidad en España porque hay muchas ya organizadas, y hay que recuperar lo que estén haciendo. La fundación está empezando ahora y todavía hay ciertas resistencias. En ocasiones no se entiende muy bien que haya un trabajo específico en temas de género. Muchas instancias todavía no entienden que en las organizaciones de la discapacidad se trabaje el tema del género.
“La Fundación tiene que hacer una labor importante hacia las organizaciones de mujeres porque muchas ven a la mujer con discapacidad no como mujeres sino como personas dependientes”
Pero hacerlo es necesario y justo, y no sólo generoso...
Claro, llevo trabajando en este tema 15 años y soy consciente de que siempre existen las mismas discusiones como que hay que especializarse en temas de discapacidad. ¡Cómo si las personas con discapacidad no tuvieran sexo ni género y que la desigualdad no existiera1. La Fundación CERMI Mujeres tiene que hacer una labor importante hacia las organizaciones de mujeres porque en muchas organizaciones feministas se ve a la mujer con discapacidad no como mujeres sino como personas dependientes, personas que tienen que ser cuidadas por otras mujeres sin discapacidad. Hay que poner el foco en lo que no es del ámbito doméstico, en la participación en el ámbito laboral, etc.
De hecho, hay muchas más mujeres con discapacidad de las que se cree que vivimos una vida normal.
Exacto. Pero nuestra labor es destacar que hay una realidad que discrimina a las personas con discapacidad, por un lado, y a las mujeres por otro y poner en contacto esas dos situaciones. La fundación se llama CERMI Mujeres porque, obviamente, son las mujeres las que están detrás. Pero hablar de Igualdad de Género, insisto, es hablar de igualdad de hombres y mujeres. Es un trabajo compartido. Necesitamos implicación de todo el movimiento de la discapacidad. Aquí estamos involucrados todos y todas.
“Hablar de igualdad de género es hablar de igualdad de hombres y mujeres. Es un trabajo compartido. Necesitamos implicación de todo el movimiento de la discapacidad”
Otro de nuestros objetivos es trasladar nuestro conocimiento a la Universidad, a colegios profesionales porque resulta que en el tema de derechos sexuales y reproductivos hay grandes prejuicios incluso en profesionales como médicos, ginecólogos o pediatras. Queremos que la Fundación CERMI Mujeres también incida en estos aspectos, cambiar estas situaciones mediante la realización de estudios y la creación de conocimiento. Pero, por otro lado, también queremos apoyar proyectos concretos.
Fondos. ¿Cómo os sufragáis?
En ello estamos. Por una parte la fundación se crea con fondos del CERMI, que es el promotor de todo el proyecto y lo que vamos a hacer es presentarnos a todas las convocatorias posibles. Haremos una revisión de todas ellas y también buscaremos financiación privada en la medida en que nos sea posible.
Ana Peláez desveló en un reportaje sobre la Fundación la importancia de implicarse en cooperación internacional a través de la entidad. ¿Se ha pensado ya algún modo de compartir o traspasar el bagaje acumulado por parte del CERMI en materia de género?
Está previsto realizar proyectos de cooperación internacional de ayuda al desarrollo. Hay que compartir lo que hemos aprendido y fomentar las relaciones sur-sur, es decir, que sean las propias organizaciones las que cambien experiencias, estrategias, puntos de vista… La idea es trabajar con un país hispanoamericano por la cercanía que existe en temas de empoderamientos de la mujer con discapacidad. Es importante el tema de mejorar la calidad democrática en determinados países asegurando la participación de grupos que están totalmente olvidados: las mujeres y, sobre todo, mujeres con discapacidad. Todo esto está en agenda.
En este sentido, queremos registrarnos como ONGD. La
Aecid tiene un registro específico y hay que tener una serie de características para solicitar sus subvenciones. Iremos dando pasos, pero puede que haya que esperar años para conseguir de la Aecid una financiación directa. Sin embargo, ya contamos con mucha gente involucrada que tiene mucha experiencia internacional.
¿Hay países más avanzados que nosotros respecto al movimiento de la mujer con discapacidad que nos puedan aportar a nosotros?
Diría que no. No creo que haya ningún otro país que podamos ver como referente. En muchos aspectos somos pioneras. Por ejemplo, en temas de la violencia de género. España en los últimos diez años ha avanzado muchísimo. Francia no tiene una política de igualdad de género en condiciones y sobre temas de discapacidad o mujeres todavía menos. No puedo señalar un país dentro de nuestro contexto más cercano, que es el más desarrollado en el ámbito de derechos sociales o humanos, que vaya por delante. Hay algunos como Australia donde la asociación de mujeres con discapacidad de allí realizó una tremenda
crítica a la esterilización forzosa de mujeres y niñas con discapacidad. Tienen un informe que está colgado en la red, del año 2010. Hay esfuerzos muy valiosos realizados por organizaciones, pero en el ámbito internacional son nuestras organizaciones las que están ahí empujando.
“En el ámbito internacional son nuestras organizaciones las que están ahí empujando”
En Naciones Unidas si no fuera por Ana Peláez, el tema de niñas y mujeres con discapacidad quedaría bastante olvidado. En la
ONU todo está muy compartimentado. Está
Unicef que trabaja la infancia, la violencia, la discapacidad, la inmigración… Todo va en paralelo, no se cruza. Esas sinergias que podrían haber entre las distintas instancias existe, pero en el tema de la discapacidad es muy pobre. Aunque también es cierto que al poner el foco en las personas con discapacidad, otra gente se ha hecho eco de las mismas demandas. Pero, realmente, España ha realizado una aportación importante en el tema de las mujeres y las niñas con discapacidad.
No puede ser que todos los demás espejos en los que podamos reflejarnos estén aún más empañados...
En el ámbito de lo que es específico a la mujer sin discapacidad sí que es cierto que en los países nórdicos europeos ha existido un adelanto respecto a la liberación de la mujer, reconocimiento de derechos, etc. Pero, teniendo en cuenta lo que se ha avanzado aquí, las aportaciones que estamos realizando de género y discapacidad son fundamentales. Esto es un punto muy a favor para convencer a todo el movimiento asociativo de la importancia de trabajar en este tema. Es algo muy positivo que haya un movimiento social específico de discapacidad que abra los ojos, que tenga conciencia de este tipo de discriminaciones. Y que es algo tan básico que el Género tiene que ver con mujeres y hombres del sector, que es de Perogrullo.
“Es muy positivo que haya un movimiento social específico de discapacidad que abra los ojos, que tenga conciencia de este tipo de discriminaciones”
¿De qué manera comenzaréis a abordar el reto de retratar la situación de las niñas y mujeres con discapacidad, sus madres y cuidadoras en el plano internacional?
Tenemos un plan de actuación y la parte internacional está bastante cubierta. Por un lado queremos llevar la voz de las mujeres con discapacidad a los foros más relevantes. En unos días, por ejemplo, tendrá lugar en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, ‘
Beijing+20’, un examen que realizará la Comisión Jurídica y Social de la Mujer en marzo sobre los progresos logrados en la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, justo dos décadas después de su adopción en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995. Hay que ver qué aplicabilidad han tenido las políticas adoptadas entonces y qué impacto han tenido sobre las mujeres con discapacidad. Estaremos allí como Fundación CERMI Mujeres.